sábado, 23 de febrero de 2008

Rito cumplido


Lo anuncia el Boletin de cuaresma que te llega por correo provocando esa sonrisa de alegria de cada año. En sus paginas te marcan los dias en que se reparten las papeletas de sitio.

Te gusta ir mas pronto que tarde, no sea que se te pase el plazo. Si, también se reservan por internet, pero no es lo mismo, claro.

Puedes ir acompañado, y la cola en la casa hermandad es una animada tertulia sobre mil anécdotas vividas, sobre como será la proxima estación de penitenca. Mirareis a ver si la cola tiene mas o menos gente, y compartireis la emoción de soñar con la hora de vestir la túnica.

Puedes ir solo, y o bien terminas de charla con otros hermanos que acabas de conocer en la cola, o bien en silencio disfrutas de ese observatorio que te permite contemplar mil escenas cofradieras, tantas como personas aguardan la cola en espera de su papeleta.

Allí verás al padre primerizo con su hija en brazos para estrenar, como dice la sevillana, una lágrima a eso de la media tarde. Verás también al hermano que aguarda pacientemente, y que por su edad adivinas uno de los ultimos puestos en la cofradia. No faltarán jovenes dicharacheros, capaces de comerse el mundo, presa de los nervios porque ya van solos por sus papeletas. Te fijarás también en la madre que va por la papeleta de su hijo que esta trabajando o estudiando fuera. O en quien saca la papeleta simbolica porque los años, ay, ya no perdonan.

Despues de la espera te llegará el turno. Ya la tienes. En una esquina esta el escudo, vuestro escudo. También esta el nombre de la Hermandad. Y esta el tuyo, y tu numero de hermano, y la vida misma en esas líneas emocionadas que conforman la papeleta de sitio. Tienes en la mano un simple trozo de papel que solo con verlo por casa estos dias te hace temblar de emociones vividas y por vivir, y que cuando tengas la tunica puesta será lo primero que busques para no dejartelo atrás cuando sales para el templo ("¿donde he puesto la papeleta?")

Estos dias, en las casas de hermandad se cumple el rito. Bendito sea.