viernes, 27 de marzo de 2009

Papeletear

A Garcia, maestro papeleteador y siempre DMG


A estas alturas de la película ya todos tendremos en nuestras manos el papel de cada año, el que se imprime con tinta de cera y que pone tu nombre, el escudo de tu hermandad, al año, y el sitio que vas a ocupar. Tu papeleta de sitio.


En las casas de hermandad estos dias, no se ha hecho otra cosa que papeletear, magnifico verbo para el rito gozoso. Ponerse en la cola de las papeletas de sitio, y llegar a las mesas donde las expiden, te depara un viaje en el tiempo, como si los señores que tras las mesas te buscan en las listas y preparan tu papeleta fueran los mismos de tantas decadas atras, cuando preparaban la papeleta de tus mayores que te llevaban aun de la mano. Son otros rostros, pero es la misma historia, la misma entrega, y una ilusion infinita en mejorar cada año.


Si, ahora todo es menos a mano, y salen por las impresoras que se atascan o se les acaba el toner, pero tambien hacen menor la espera. Sea como fuere, la emocion es la misma, y el trabajo de quienes cada tarde se sientan pacientemente a llevar el orden de hermanos, a expedir tus papeletas, es tan hermoso que ni siquiera reparan en ello con su afan de que todo este en orden.


Porque esos hermanos, los que se dedican a papeletear, nos regalan, cada año, un pedazo de papel que guardaremos con mimo, e ira amarilleando, porque las canas del papel amarillean. Nos dejan escrita nuestra propia memoria. ¿Quien dijo que es dificil ponerle texto al sentimiento? Ahi lo tienes. Te lo entregan en mano. Y a tu nombre.


Gracias por tenerlo todo preparado para que no le falte ni una coma a la lista de la cofradia.


Gracias por papeletear.