domingo, 22 de marzo de 2009

El armazón de la belleza

Esta imagen, como cualquier otra que te asalta tras el dintel de cualquier templo, la habrás visto cientos de veces. Aun asi, te sigue arrancando esa sonrisa de certeza, de confirmacion, de rotundidad.

Los pasos que se montan en los templos nos sirven de reloj de arena, de cuentas de rosario que fabrican los equipos de priostia, de pregón de plata, bordados y parihuelas.

Esto es solo el principio, la belleza ira tomando forma definitiva, y se hará sagrada en torno al Titular.

Porque nos gusta sentir esta inmediatez de tantas sensaciones, y sabemos que estos armazones se levantan poco a poco, para hacerse centro de la fe y de nuestros recuerdos, esos que nos van diciendo que falta muy, muy poquito.