domingo, 23 de noviembre de 2008

Los senderos sagrados

Una semana cualquiera en Sevilla te sobra y te basta para sumergirte en un oceano inmenso de fe.

Cuando la trivialidad asola, llega un viernes de noviembre, y te devuelve esa emocion de otro tiempo, cuando pasa el Gran Poder, sin su zancada sobrecogedora, pero caminando, siempre caminando entre las multitudes. en un escalofriante silencio de invierno.

Bajo un naranjo en las cercanias de San Antonio de Padua, con mi hija pequeña en brazos, todo gira en torno al Señor. La fe tiene hasta su aroma, cuando el incienso te atraviesa en bocanadas, y una voz infantil te susura que "huele a Semana Santa".

De nada valen dimes y diretes, parafernalias ni demás montaje. La devoción toma las calles, y de que manera. Hay oraciones en voz baja, lagrimas silenciosas, o saetas que rompen el frio. Y un murmullo suave acompaña al breve cortejo que precede a María Santisima del Mayor Dolor y Traspaso, acompañada de sus hermanos herederos de aquellos nazarenos del Traspaso que dieron origen a esta cofradia.

Pero las oleadas de fe llegaron hasta el arrabal trianero, donde el dia siguiente habia que luchar por hacerse un hueco para poder estremecerse ante el paso del Santisimo Cristo de las Tres Caidas. Todo fue igual y diferente. Igual la musica, pero diferente el andar. Diferente el paso pero igual el rostro de Dios y la mano que apoya. Diferente el andar pero idéntica la devocion. Porque quien lleva dentro a su Señor, no sabe de izquierdos o caballos, solo de la mirada de Cristo por sus calles.

Un domingo despues, tantos rezos confluyen en San Juan de la Palma. Los senderos sagrados tienen muchas calles, muchos pasos recorridos, y diferentes rostros para una misma Madre de Dios. La quietud del templo de la Amargura te deja a solas con su belleza y con la cercania de un tiempo que seguimos soñando con la ilusion de aquellas tunicas pequeñas y el antifaz remangado. Hoy, digan lo que digan las paredes de tu altar, porque es Noviembre, te llamaremos otra vez Noemi, esto es hermosa.

Y asi seguirá el sendero. Devociones de siempre en los tiempos que nos ha tocado vivir. ¿Alguien lo duda?