jueves, 10 de enero de 2008

Vitalidad de las Hermandades

Hoy leemos en la prensa las opiniones vertidas por D. Manuel Soria acerca de la escasa preocupación de las Hermandades por la formación, llegando a poner en entredicho la vitalidad de nuestras corporaciones si las comparamos con diez o quince años atras.

Me llama especialmente la atención la pregunta que se formula ¿que busca la gente en las hermandades?

No se si D. Manuel Soria lanza al aire la pregunta buscando respuestas porque no las tiene (lo que sería preocupante) o porque no le convencen las que tiene, pero no las dice y se las guarda.

Desde este modesto blog siempre se romperá una lanza en favor de nuestras hermandades, sin ponernos nunca una venda pseudofundamentalista, claro está. Y creo entender que es mucho más lo que se aporta en las hermandades que lo que se pierde por el camino.

Veamos. Todas las cofradías, como integradas por personas, llenas de flaquezas y debilidades, pero tambíen capaces de lo mejor, han vivido sus altos y bajos, sus epocas de esplendor y de decaimiento, sus modas pasajeras y sus convicciones firmes. Y ahí siguen, siglo tras siglo.

Y llegamos a un 2008, pleno siglo XXI, donde gente de toda edad y condición es convocada a unos cultos públicos, a unas celebraciones religiosas, a actos internos y externos. Y responden. Claro que responden, haciendolo en un tiempo en que esto no resulta del todo facil.

En las hermandades, desde que se ingresa, se trata de que los integrantes de la mismas sepan donde están, a que vienen, y que se hace durante todo un año en la Hermandad y Cofradía. Hay un semillero de jovenes que, habiéndoles tocado una sociedad trivial y en desvalorización, tiene puntos de encuentro en sus Hermandades para conocer algo más trascendente, y que la vida no la conforman trivialidades como la PlayStation, el Tomate, o Shakira.

No son las hermandades las únicas responsables de la formación de sus hermanos. Pero sin duda que podrá mejorarse este extremo, y seguro que paso a paso se irá conformando un esquema formativo que enriquecerá a las cofradías y a los cofrades. No creo que se haya un desentendimiento acerca de la formación, pero puede que las formulas sean mejorables, mas dinámicas y participativas, por supuesto. Y desde todos los sectores, por descontado.

Ahora bien ¿falta de vitalidad? Esto deja algo perplejo. Dejando aparte la existencia de ciclos, pero no solo en Semana Santa, sino en todos los órdenes de la vida, lo cierto es que la preocupación de las Hermandades por sus cultos y por los mil y un proyectos sociales, ambiciosos la mayoria, en que se embarcan son signo de realidad y de orgullo y la vez los grandes desconocidos de su labor. No es momento de enumerar, tan solo de recordarlo.

No comparto el recurso facil que consiste en decir que nos preocupa mas el patrimonio artístico que el humano. Es demasiado facil y recurrente. Y además no concuerda con la realidad. Cierto es que tantos siglos a las espaldas legan un componente artístico que hay que conservar y mantener. Pero es algo consustancial a la pervivencia en el tiempo. El conservar el patrimonio supone tambien erigir y mantener templos. muchas horas abiertos, donde dar culto. Cultos que se llenan de fieles. Fieles que son la vitalidad de las corporaciones y que permiten afrontar el futuro con garantias y con esperanza.

Es bueno pararse a pensar. Seguro que nos hace reemprender el paso de modo mas firme.