lunes, 19 de noviembre de 2007

Estaban atadas sus manos

Ayer paso un nuevo domingo por la Capilla de la Fabrica de Tabacos. Pero no como todos los fines de semana. Ayer el Hijo del Hombre curvaba su espalda en el suelo de los Remedios porque sus manos estan fijas a la columna de su tortura.

En lo moderno de la pequeña capilla, exornada con la elegancia cigarrera de la señorial Hermandad, te sientas en un banco y no puedes apartar la vista de las manos crispadas del Señor.

Dicen que el Jueves Santo todo se eclipsa ante su Madre de la Victoria. Dicen que esta imagen de Nuestro Señor es menos percibida, tal vez por los avatares historicos de otras tallas, por los cambios en las figuras de su misterio, por la fuerza devocional y la belleza irresistible de su bendita Madre.

Pero este domingo de Noviembre el silencio envuelve este presbiterio para que las miradas converjan en el sufrimiento del Hijo del Hombre, humano, sevillano y cigarrero. La memoria traiciona y se va por su cuenta a una tarde hermosa de Jueves, capilla, puente de los Remedios, Arenal como puerta de conquista, y esplendor de tunicas, y estilo de Columna y Azotes. Pero no, aun nos aguarda un invierno que compartir en la intimidad.

Estaban atadas sus manos, pero las ligaduras mas fuertes no pueden contener los besos de la ciudad.