domingo, 14 de octubre de 2007

Amanecer "Soleano"

Como quien dice, ni las calles estaban abiertas en la fresca amanecida del Domingo 14 de Octubre, y alla que marchaban los hermanos de la Soledad abriendo camino desde San Lorenzo a su Bendita Madre.

Estaban los que tenian que estar. Hora de cuerpos cortados y de emociones en silencio. Habia algo de final de Madrugada, de dia grande que rompe el alba cuando el dorado paso de la Virgen Sola cruzaba el dintel de San Lorenzo, para atisbar a la izquierda la silueta del Señor de Sevilla.

Son cuatrocientos cincuenta años de historia compartida con Sevilla, que se multiplican por el infinito si contamos las historias, las vivencias, o los sentimientos que se arremolinan las manos y el rostro de la Virgen de la Soledad.

La puerta de la parroquia tiene llenas sus hojas de las caricias de cada sabado santo depositadas por las manos que piden salud para volver otro año más a sentir la noche del final entre saetas del Sacri y candelaria encendida sin palio que la cobije, cuando las largas filas de nazarenos blancos y negros vuelven pausadamente al templo.

Hoy esas puertas sea abrireron al amanecer, buscando también la Catedral. La hora temprana hacia baja la voz y dulces las miradas. Iba Sevilla acompañando a la Madre de Dios.

Porque contradictoriamente jamás ha estado sola la Soledad, y mucho menos esta tarde, cuando vuelva a Casa para seguir cumpliendo centenarios.