martes, 4 de diciembre de 2007

Era Otoño por la Magdalena

Pero nadie lo diría. Si, el calendario marcaba los primeros dias de Diciembre, y por lo tanto oficialmente el general invierno aun espera en sus cuarteles. Pero ni siquiera el otoño podía adivinarse en una tarde que, entre los árboles de la Plaza, dibujaba una calle San Pablo que recordaba a las luces de la bendita primavera.




Tras la puerta de la Parroquia nace la penumbra, iluminada por el Descendimiento de la Quinta Angustia tras la reja. A tan solo unos pasos, en el trascoro, ella nos recibe.



Hoy no esta en el Calvario. Su ausencia deja al Santisimo Cristo aun mas solo, asido solo a su Cruz junto al discipulo amado. Como en la Madrugada, durante el besamanos de su madre, la imagen del señor es roca desnuda del Monte Calvario.


Pero hoy Ella es, mas si cabe, sevillana. Dijo un pregonero que la Virgen de la Presentación puede ser la gran desconocida de nuestra Semana Santa.

Y sin embargo esta tarde de otoño primaveral, como portico grande de Adviento, de Purísima Concepción y de Esperanza, Ella ofrecía sus manos a todos.

Era otoño por la Magdalena, pero el aire no era frío. Ya bastante frío hace en la amanecida de la Madrugada del Viernes Santo, cuando su candelería, ya gastada, le da amparo.



Madre nuestra de la Presentación, ruega por nosotros.