sábado, 10 de diciembre de 2011

Luz de Navidad


Has desembarcado con ella de la mano. No lo has hecho en históricos navios Guadalquivir arriba, sino en nada romántico metro, con lo que has largado, y ahora sin decir palabra te sirve en bandeja las calles antiguas que tanto quieres.

Pones un pie en la Puerta de Jerez, y miras su cara. Esa expresion de mirada de cinco años te llena el espiritu por completo. Extasiada ante las luces y el sonido, es ella la que te lleva de la mano a tu infancia, la que te parece de verdad y no de plástico.
Llevais unos dias hablando, entre amigos, de como vuestros hijos apenas tienen alumbrados y signos de Navidad que conocer, añorando aquellos años de explosiones de luz y colorido. Como si las Navidades que fueron se hubieran quedado, solo, en grandes almacenes.

Por eso has querido ir corriendo con tu pequeña a recuperar aquel estallido de niñez auténtica. Y te la ha regalado en sus ojos mirando a los tendidos de luz, luz de Navidad que atraviesa a lo ancho y largo la Avenida. Frio en los rostros y sonidos de vida, que tal vez no sean del todo navideños, pero ya vendrán los campanilleros a cantarle a la Virgen el día 22 en el Salvador. 

Mientras, te dejas embriagar de su voz infantil, obsevando cada matiz, preguntando mil y un detalles, buscando un belén, un puesto de castañas, o un simple caminar abrigado de adviento. 

A veces la felicidad es bien sencilla, y encima, estos dias de luz de navidad van dejandote signos hermosos, entre Concepción y Esperanza, de que el gozo empieza a quedar cada vez más cerca.