martes, 16 de febrero de 2010

Ceniza

No me digas que ya no es como antes. Que los años te han rebasado ese cosquilleo de vispera que se te metia en el estomago cuando amanecias entre semana y el especial de los periódicos te decía que era Miercoles de Ceniza.

No me digas que hay demasiada vispera. Esto es diferente. No lo niegues. Ahora vas a volver a contar para atras los dias, en cuatro decenas llenas de emociones. ¿Me vas a decir que esa magia ya no te ronda el espiritu?

No me digas que las rutinas y las obligaciones te han borrado de la mente aquellas sonrisas de juventud, de tiempos de aulas y sensaciones cofradieras compartidas en el inicio de la Cuaresma. De conciertos en el Rectorado tras visitar al Catedratico de la Fe, una fresquita en Las Columnas soñando con un itinerario de belleza que se avistaba a pocas semanas.

No me digas que has perdido ese temblor antiguo del tacto de la ceniza del sacerdote, con su frase solemne de rito antiguo.

Dime que te has vuelto a rendir a la realidad, al gozo de saberte tan cerca del gozo. Al sabor de la mas hermosa de las Cuarentenas (¿a que si "faroldemano"?).

Tienes cuarenta dias para llevar a la mano a tus pequeñas, y contarle mil y un susurros de grandeza encerrada en una ciudad que vive la fe de la mejor de las maneras.

Hermano, llegamos al Miercoles de Ceniza. Dejate ganar por los recuerdos, y vive, vive toda esa vida que nos brinda nuetra devocion.

Que sea enhorabuena. Que poco falta para otro Domingo de Ramos.