lunes, 12 de marzo de 2007

Papeletas de Sitio

A estas alturas de Cuaresma, pocas son las casas de hermandad en las que, a poco que entra la tarde, no se vive ya ese "run run" de idas y venidas, de hermanos que van llegando, de números que se reparten, de colas que se forman para sacar la papeleta de sitio.

El rato de sacar la papeleta de sitio, ese ratito de una vez al año, no deja de sembrarte la alegria en el alma por muchos lustros que te marque el calendario de tu vida.

En la cola de las papeletas de sitio pegas la hebra con el de al lado, para que te cuente sus nervios porque es la primera vez que viene, o con aquel otro que peina canas y saca un cirio en el ultimo tramo. Tienes que esquivar a niños que van y vienen, comprendiendo la santa paciencia de su padre o madre que vienen a por la varita, para que el niño estrene túnica y los padres estrenen lágrimas emocionadas de domingo de ramos.

La cola se hace larga o corta, viendo fotos en la casa hermandad, charlando con el que viene saliendo con su trozo de sevilla en la mano, en forma de papeleta con su nombre. Cuando te toca, sigues notando que los años pasan pero la emoción te pellizca el estómago. No olvides dar gracias al cielo por poder estar allí otro año. Recibe tu papeleta con el orgullo de quien recibe el pasaporte para la gloria. Guardala con alegría, y llevala a casa para ponerla en su momento junto al cíngulo o al esparto. Y emocionáte todo lo que quieras, porque esa papeleta significa que estarás junto a Cristo y su Madre Bendita un año más. Ya falta muy poco. Sueña hermano.