Aunque este blog tiene una tematica totalmente cofradiera, este nazareno sevillano no deja de tener sus colores futboleros, y no puede guardar silencio en el dia en el que, posiblemente, vista por ultima vez la camiseta del Sevilla F.C. un futbolista, una persona, un corazon enorme, que entra por derecho propio en la leyenda sevillista.
Aquel malí que muchos "videntes" deportivos no tuvieron reparo en denostar hace nueve años, a su llegada, ha escrito una pagina tras otra de la epoca más brillante de los mas de cien años en sevillista que esta ciudad conoce desde principios del pasado siglo XX.
Hay futbolistas que, con y sin balon en los pies, te dan la sensación de que son diferentes, de los no tienen fronteras y rompen barreras, fuera y dentro del campo.
Kaonuté ha sido uno de ellos. Verlo desenvolverse en un estadio, con clase y maestria, con ese talento que contagia a los que jueguen a su lado, con ese saber hacer, saber ganar y saber perder, y con esa categoría humana, ha hecho, sin duda, que seamos privilegiados en haber podido contemplar sus evoluciones en nuestro equipo, de modo que cuando pasen los años, podremos decir, con orgullo, "yo vi jugar a Kanouté en el Sevilla", y se nos llene la mente de recuerdos, de su silueta imponente, de su clase en los momentos sublimes, de noches de jueves de feria, de Eindhoven, Glasgow, Monaco, Madrid, Barcelona....
En un mundo mercantilizado de vanidades futbolisticas, de chuflas de tres al cuarto, de presuntos mediaticos y presuntuosos de galaxia, Kanouté permite seguir creyendo en la profesionalidad de quienes se ponen una camiseta que para muchisima gente es un sentimiento.
Gracias genio, gracias de corazón por tanta grandeza, tanta gloria, tanta historia de titulos, que gracias a ti no nos hace olvidar que nuestra pasion no depende de victorias.
Nada de adiós. Hasta siempre sevillista, hasta siempre Frederick Omar Kanouté.